Tributo a una mariposa

Tributo a una mariposa

Ahora vuela.
Ayer te arrastraste.
Ayer te escondiste.
Ayer sufriste.
Ahora vuela.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El famoso cuento 32 (parte 1)

Íbase camino a casa. -Buenas tardes...- le dije a esa niña (la que ahora es mujer y me hace despertar a media noche agitado, como después de haber corrido) mientras sonreía viéndola a los ojos. Yo se que no me recordás. Solo soy un viejo amigo que el tiempote hizo olvidar. Y entonces empiezo a especular: "será que me recuerda, que no he cambiado tanto, que aún soy el de ayer, que somos los de antes, y solo los recuerdos cubren lo importante" y ella me deja. ¿Qué retorcida lógica la hace huir? mierda... soy tan iluso.

Aveces recuerdo su canción favorita (miento, esa es mi canción favorita: la que me la recuerda). La suelo tocar (en la guitarra que me heredó el abuelo) en las tardes ociosas (aquellas donde el trabajo abunda y la pereza sobra). He is the painkiller, He is the painkiller grita desesperada la voz de Rod Halford en la vocina frontal de mi equipo de sonido, mientras lo sigo en acordes disonantes en imperfecta armonía. ¿Que retorcida mente la hizo creer que eso era música?

Ahora la recuerdo como se recuerdan aquellas fechas que me hacen aprender en primaria. El quince de mayo es la independencia de Guatemala, dije mientras me reía en su rostro (mentía, esa es la fecha de mi cumpleaños)... mierda por eso no di una... siempre todo tenía que ver conmigo. Ahora que lo menciono, encontré a mi maestra de primaria algún día por la calle. Le dije "Gracias a usted soy un físico brillante... porque me mato todo gusto por lo social y literario. Martalicia, usted es una mierda de maestra (no lo dije pero se lo di a entender en una mirada...)" ella es una mierda de maestra. Ese día fue el que pasé frente a la dulcería (ha de allí nació la historia de la lluvia)

Ya ven así todo tiene sentido...




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